Lo nuevo de Nolan me genera una pereza infinita, y la película de Marky Mark sobre la maratón de Bostón parece oportunista, así que haré lo que siempre hago en estos casos, invocar mi derecho a huir a un lugar feliz. Mi refugio esta semana es la segunda parte de John Wick, algo que se antoja un ensueño imposible pero resulta ser inminente realidad. Más enemigos, más actores secundarios y más disparos en la cabeza pueblan la parte esperable de la película, pero me encanta que vayan a darle más cancha al peculiar mundillo de los contratistas más letales del mundo que tan interesante resultó en la primera entrega. Otra excusa para volver a ver la primera, reinstalar Superhot o lo que se tercie para paliar el mono de belleza violenta. Al menos esta vez espero que no le hagan nada al pobre perro.
De los dos estrenos grandes de la semana, es difícil decidir cuál me interesa menos. Por un lado tenemos Belleza Oculta con su aire sensiblero y reparto increíble, y por el otro el despropósito que resulta de haber adaptado Assassin's Creed de semejante manera.