Thor: El Mundo Oscuro ha logrado ser una continuación superior a la
película original y empieza a cimentar la variedad temática del Universo
Marvel Cinematográfico con una aventura mitológico-espacial que no le
sienta nada mal al ricitos de oro. La amenaza de Malekith es un poco
chusca y genérica y la solución a todo problema se resume en "hostia
dar, muñeco bailar", pero eso ya se da por supuesto cuando el titular de
la película maneja un martillo del tamaño de una cabeza. Podría haber
estado mejor, pero no está nada mal. Nada mal.