No sabemos si con intención de aprovecharse del nombre de la película del mismo nombre o no, seguimos al misceláneo Ichabod Crane, que se despierta en una tumba en pleno siglo XXI. Crane había muerto tras detener, en misión secreta para el presidente George Washington, al Jinete sin Cabeza. Pero cuando él despierta, también lo hace el Jinete. La trama está trufada de puntos nada originales como sociedades secretas, brujería y profecías sobre los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, pero los actores, el choque cultural y temporal y el buen pulso general de este piloto le han concedido el beneplácito y los imprescindibles tres o cuatro capítulos de margen para ver de qué cuerda va realmente. De momento, tenemos un protagonista con gancho, su compañera policía con implicación en la metatrama vía sucesos chungos de la niñez y muchas preguntas por responder, lo cual siempre es bueno en una serie que empieza. No le sobra dinero, pero tampoco le falta y en cualquier caso ya íbamos necesitando un protagonista con cierto encanto en una serie de carácter sobrenatural, tras personajes de corcho como los de Supernatural o Grimm. Además, ¿en cuántas series puedes ver al Jinete sin Cabeza disparando una escopeta? Pues eso.