Nunca ha terminado de gustarme. Hay algo en su precisión que hace que me resulte distante, pero como adulto gordo que en su momento fue un niño gordo, el haber jugado docenas de partidas de ajedrez como pasatiempo se me antoja casi inevitable. Afortunadamente para mí, el interés de la película por el ajedrez no reside en el propio juego. Con Tobey Maguire interpretando a Bobby Fischer en lo que parece ser un largometraje que tendrá que dividir bien el tiempo que dedica al conflicto interior del genio del ajedrez y el conflicto exterior entre dos naciones, tenemos al siempre resultón Liev Schreiber encarnando a su inmediato antagonista, Boris Spassky. Aunque suelo recelar de los biopics y su riesgo de dejar que la historia real te estropee la historia de tu película, esta obra parece alejarse bastante de dicho riesgo. Ya veremos que pasa.
En un fin de semana interesante como poco, podemos disfrutar de los estrenos de Tomorrowland, It Follows o Son of a Gun entre otros. Bastante donde escoger, la verdad.