Tras el respiro de números 1 de la semana pasada, volvemos a la vorágine de las nuevas colecciones. Bajo el sello Disney Kingdoms, Figment nos acerca a lo victoriano steampunk donde un científico venido de la pobreza intenta dar con una máquina que genere energía a partir del cerebro. Lo que consigue, gracias al acierto del guión de Jim Zub y los dibujos de Filipe Andrade es que lamentemos el giro Disney de la trama, que no parece que vaya a centrarse en lo steampunk, sino en lo fantástico-ñoño. Original Sins #1 a cargo de varios autores es la típica colección que reúne diferentes historias para aprovechar el tirón del evento y dar notoriedad a personajes de cara al post-evento. Nada a destacar. Red City de Daniel Corey y Mark Dos Santos se queda corto en todos los frentes. Como historia de investigación en un futuro ci-fi no vale gran cosa, el dibujo no es nada especial y el tebeo no sabe si quiere ser una aventura pasada de vueltas con un prota fardón o contar algo de manera seria. The Blood Queen #1 de Troy Brownfield y Fritz Casas en Dynamite se gana el beneficio de la duda. Empieza tópica y sin demasiada chicha ni argumental ni artísticamente, pero los personajes son lo suficientemente interesantes e intrigantes y la acción es llevada lo suficientemente bien como para no poder ningunear la colección automáticamente. Lo mejor de la semana ha sido sin duda The Empty Man de Cullen Bunn y Vanesa R. Del Rey para Boom!. Una investigación conjunta del FBI y el Centro de Control de Enfermedades para dar respuesta a toda una serie de muertes inexplicables en las que las personas parecen perder la cabeza y optar por el suicidio gore. Bunn maneja con acierto la dosificación de información y el carácter de los personajes y transmite perfectamente al lector la intriga y perplejidad por lo extraño del caso. Vanesa del Rey hace un trabajo notabilísimo al dibujo, encontrando el punto perfecto de suciedad, oscuridad y la creación de una atmósfera opresiva en el límite de lo deprimente. Por ultimo hablamos de The United States of Murder Inc. #2, donde Bendis y Oeming mejoran el número 1 sobradamente, pero siguen sin hacer encajar todas las piezas debidamente. Hay algo en este tebeo que no está bien ejecutado, aunque no somos capaces de identificar el qué exactamente.