Ni tan exitosa como la saga Kart ni tan original como la saga Paper. Aun así, la saga Mario & Luigi ha sido un referente de solidez RPGera desde sus inicios y no se le puede achacar ni un juego malo. Esta última entrada de la franquicia itera en todo lo bueno: Combate dinámico por turnos muy pulido; puzles de habilidad; leveleo de personajes; items y equipo a cascoporro; historia sencilla con diálogos graciosos y traducción impecable... Asimismo mantiene otras características cuestionables, según los gustos: gráficamente es más agradable que espectacular, la mecánica sigue anclada en los dos protagonistas, sin posibilidad de formar un grupo más amplio y los combos de los protas siguen dependiendo del timing en el mismo momento de siempre. Las primeras horas de juego transmiten por tanto familiaridad a la que se han añadido pinceladas jugables nuevas con la pantalla táctil que se agradecen más para dar variedad que como mecánica imprescindible del título.