El primer trabajo del hoy afamado Dan Brown es un interesante ejercicio narrativo. Ágil, sucinto, casi esquemático. La estructura funciona durante casi todo el libro, pero cuando falla deja al descubierto las limitaciones de la obra. Ahonda poco en los personajes y cuando se convierten en el motor de la acción no podemos dejar de pensar que actúan movidos por el hilo invisible del autor, no por sus propias motivaciones. Aun así, es un agradecido entretenimiento perfecto para viajeros: Es ideal para leer en intervalos de diez o quince minutos.