Mucho tipo duro en las películas de esta semana. En The Equalizer Denzel Washington se casca una muy estimable película de "habéis cabreado al cabrón equivocado" y aunque la trama está sobadísima, el ritmo y la acción son muy buenos. Tres cuartos de lo mismo con Homefront, donde Jason Statham solo quiere llevar una vida tranquila pero los paletos criminaluchos del pueblo, encabezados por James Franco, no están por la labor. La película es mucho más irregular que la de Denzel, pero se deja ver sin problemas. Además, ver repartir a Statham sus golpes secos marca de la casa siempre es un placer. En anime dos segundas temporadas que han acabado. En Psycho-Pass lo han concensado todo en 11 capítulos. Los límites del sistema que rige esta sociedad futurista y conceptos como la responsabilidad individual y colectiva saltan a la palestra para volver a engancharnos con mucho tino en una historia de crimen, investigación y responsabilidad. En Sword Art Online la temporada empezó con un arco argumental demasiado largo que estuvo muy mal llevado pese a lo interesante de la premisa. Lo compensaron un arco corto de pura acción desenfadada y un último arco espectacular donde una vez más queda de manifiesto que más allá de la buena animación y las estupendas coreografías de combate, SAO destaca sobre todo por la facilidad y eficacia con la que desarrolla el drama emocional. Y acabamos hablando de Game of Thrones: Iron from Ice, el primer capítulo de la aventura gráfica de Telltale Games. Una experiencia que encaja como un guante en el universo de George R.R. Martin en la que la historia te va llevando a través de varios personajes y sus siempre difíciles decisiones. Lástima de un arranque deleznable lleno de Quick Time Events y lo limitado de su jugabilidad, que prácticamente se limita a elegir los diálogos de los personajes. Aun así, la historia es tan interesante y las situaciones a las que te enfrentas tan retadoras y atractivas, que compensa con creces los defectos.