Probablemente
te has cruzado con este tipo de canciones más de una y de dos veces. Su
principal característica es que al margen de pequeñas variaciones
necesarias para dar variedad a la composición, la melodía principal se
repite una y otra vez, solo que cada una de las sucesivas ocasiones en
las que la escuchamos se añade un instrumento nuevo o una pequeña
variación de la melodía que encaje en la armonía general. Aunque hay de
todo, acostumbran a ser composiciones sencillas que poco a poco van
“llenando” el aire con un sonido cada vez más denso que fortalece la
energía emocional que transmiten, pero sin necesidad de llegar a un
clímax melódico diferente como es habitual en los build up. Se trata de coger una misma melodía y ponerla poco a
poco, al 110%.