El Lado Bueno de las Cosas se ha ganado un nombre gracias al Oscar de Jennifer Lawrence, aunque no pasa de ser una historia blandita decentemente interpretada y que sigue al pie de la letra los estándares narrativos de las películas románticonas con una pizca de humor. Sin duda tiene sus virtudes y se deja ver con facilidad, pero no ofrece nada que no hayamos visto y se queda entre dos aguas: Ni arriesga lo más mínimo con el humor, ni apuesta fuerte por la historia de amor.