A
veces el cuerpo me pide marcha. A veces me apetece oír una de esas canciones
que parece que empiezan sin mucha chicha y van ganando fuerza hasta que, al final, explotan. Las bandas sonoras de películas son especialmente proclives a proporcionar este tipo de crescendo o build up, debido a que muchos clímax de películas se benefician terriblemente de ellos. Porque un buen build up, porque un
crescendo sonoro hasta un apoteosis final es un placer que nadie debería
perderse, selecciono algunos de los que me hacen sentirme el Amo del
Calabozo.