Cuando los personajes están tan bien definidos que parece que se dirigen solos, el riesgo es que la trama haga aguas y al director le entren ideas raras en la cabeza. Eso es lo que le ocurre a Brigada de Élite (Gangster Squad en el original). Una historia de policías al margen de la ley poniendo orden en el hampa que se resquebraja por no pensar con detenimiento la sucesión lógica de acontecimientos en la segunda mitad de la película. Los personajes están bien, los actores se defienden, la idea es atractiva pese a estar sobada y la ambientación está conseguida. Lástima que algunas cosas, simplemente, no tengan mucho sentido.