Como no va a haber ocasión de comentarla en un Zascandileando normal, el Dr. Rust se ha propuesto contarnos algo de la película. Y "contarnos algo" es exactamente lo que ha hecho, aunque no queda muy claro el qué. Lo que sí explica al principio, para que quede claro, es que no le ha gustado. Y que lo interesante del conflicto entre los dos superhéroes (lo mejor que tenía que ofrecer el film, en su opinión) queda resuelto de manera chusca. A partir de ahí, para gustos los colores...
Ay joder, menudo despropósito de tráiler para tremendo despropósito de película. A la sombra de una entrega en la cual miles de personas morían mientras el protagonista atravesaba a mamporros una ciudad, tenemos la consecuencia de ello: Que Batman se líe a mamporros con él, o que al menos lo intente. Con ese pretexto arranca Batman v Superman, y ya el propio tráiler deja claro lo que cualquiera podría esperar: al final Lex Luthor monta alguna hostia y se juntan para pegarle al malo. Para colmo, podemos deleitarnos con que dicho Luthor sea una parodia, algo tal vez inevitable en este choque entre un caballero oscuro y un hombre de acero que poco tienen que ver con los héroes que se supone adaptan. De paso el tráiler evita cualquier posible sorpresa ante la aparición de la nada de una Wonder Woman hasta el punto de ser chirigota entre los propios protagonistas de la película. Espectacular desastre que estoy impaciente de pagar una entrada para ver cómo se descalabra con esta versión genérica de Doomsday y lo que guarde en el tintero.
Los estrenos de la semana nos traen ración doble de cine histórico con El Puente de los Espías por un lado, y En el Corazón del Mar por otro. Yo me siento más atraído por la rareza de Langosta, pero vaya usted a saber.
Aunque sea a base de montar una pataleta en lugar de echarle la culpa a Hydra, hemos podido tener disponible para todo el mundo el tráiler de Suicide Squad que proyectaron en la SDCC y dado que además doblaron las apuestas con el tráiler de Batman v Superman: Dawn of Justice, voy a aprovechar para hacer un dos por uno, comenzando por la adaptación del Escuadrón Suicida.
Muy nocturno, muy oscuro. Un puñado de personajes muy intensos y mucho intensos que diría aquel. David Ayer se encarga de guionizar y dirigir esta obra tal y como se encargó de Sabotaje, Sin Tregua o Vidas al Límite. Natural el resultado, casi inevitable, cuando parece que Warner le haya encargado que cogiera Sabotaje y la recicle con personajes de DC. Bueno, no. Sabotaje tenía escenas diurnas, al fin y al cabo. Dado que una vez que haces pop ya no hay stop, han pensado que meter al Joker sería una idea de la hostia. Sobre todo si lo llenan de tatuajes. Yo le habría añadido unas gafas de sol y una tabla de surf, ya puestos. Con este panorama, la recomendación más normal para mi persona sería evitar la película, pero aunque no vaya a verla, no puedo. Y no es broma, ya cancelaron todos los planes para Harley Quinn en Arrow, y los rumores apuntan a que podría pasar lo mismo con Katana la siguiente temporada, de manera que pese a mi nulo interés en esto, mucho me temo que sus tentáculos se extienden hacia lo que sí que me gusta. Sin más palabras, el tráiler.
Pasamos ahora a la secuela de El Hombre de Acero que ha pasado, aparentemente, a ser un reboot del Caballero Oscuro con personajes invitados. Continúa la deprimente dirección de Zack Snyder sobre un proyecto demencial, que intenta ser El Regreso del Señor de la Noche, un origen para la Liga de la Justicia y varios de sus miembros y una película de Superman contra Lex Luthor al mismo tiempo. Ya veremos cuál de esas partes, además de la paleta de colores, son los corderos sacrificados para que la película no dure cuatro horas. Por lo visto, la muerte de los padres de Batman era imprescindible, tenía que contarse una vez más, por no mencionar el miedo que me da el peso que le puedan dar al haber contratado a Jeffrey Dean Morgan para hacer de Thomas Wayne. Miedo.
