La última película dirigida y protagonizada por Ben Affleck estaba nominada al Óscar con justicia y finalmente se ha hecho con el galardón. Argo se basa en una historia real y presenta personajes casi esquemáticos, pero es mérito de la película que aun así se sientan muy vivos y cercanos. Su capacidad para mantener el drama y aliñarlo con abundantes toques de humor casi siempre corrosivo, convierte a Argo en una película sin estridencias, con un desarrollo paciente pero nunca pesado y unos intérpretes donde el carisma de los actores vende la historia.