La pasada semana hemos estado muy centrados en lo audiovisual y entre películas y series no necesitamos mucho más. Os daremos nuestras impresiones sobre 12 Años de Esclavitud, una película que hace muchas cosas bien, pero que en realidad es más simple que el mecanismo de un chupete. Está dirigida con mano firme e interpretada con acierto, pero también está atrapada en una historia que no da demasiado de sí. Se ve a gusto, pero tampoco diríamos que es un peliculón. Y de una que está bien a otra que ha hecho que queramos abrirnos las venas (spoiler: si os abrís las venas es probable que os matéis, mejor no lo intentéis). Solo Dios Perdona vuelve a juntar al director y protagonista de Drive: Nicolas Winding y Ryan Gosling. Y la verdad, al margen de las cualidades plásticas y visuales que hemos encontrado insufriblemente obvias y zafias, la película aburre. Y aceptamos que una película haga muchas cosas, pero no que nos aburra. Mal. Y en el apartado de series, la pasada semana finalizaba True Detective y la serie ha sido la campanada de la temporada. El último capítulo nos deja la resolución del caso (al menos hasta cierto punto) y sobre todo el último vistazo a los dos protagonistas. Quizá no está el final a la altura del resto de la serie o quizá es que parece que quiere fundir varios finales en uno, pero sigue siendo una serie de televisión que no debería perderse ningún amante de los personajes complejos, las tramas no siempre del todo explicadas y la televisión hecha con mayúsculas.