De terror va la semana. Primero con la tercera temporada de Channel Zero. Una serie de la que ya no tenemos dudas sobre su capacidad para plantear temas interesantes y atmósferas y tonos deliciosamente angustiosos. Pero tampoco podemos obviar su ritmo sincopado y la inconsistente imaginería visual, que muchas veces solo busca dar mal rollo. Y ya. Luego hablamos de la notable La Autopsia de Jane Doe. Mucha intriga, mucho mal rollo, un escenario principal con dos protagonistas principales y apenas dos o tres secundarios para una historia en constante avance. Hora y media de una carrera contrarreloj por obtener respuestas que quizá sea mejor no obtener.
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