Conseguir que 90 minutos de perspectiva subjetiva no cansen es ya un logro que hay que concederle de entrada a Hardcore Henry. Filme de acción que usa, abusa y homenajea (según el momento) las convenciones de los FPS y que queda en el recuerdo más por sus golpes de humor que por otra cosa. Luego hablamos de American Gods, cuyo arranque no nos ha impresionado. Ora muy obvia en sus referencias, ora muy opaca con las mismas, no hay ninguna trama general para la serie que extraer de este primer capítulo y solo la esperanza en que se centre y empiece a construir una historia nos hará ver el segundo. Y acabamos repasando lo que pudo ser y no fue en Iron Fist. Demasiado convencional, con unas escenas de acción indignas de una serie del personaje, con una trama que da vueltas a veces sin demasiado sentido, con escasa personalidad propia... Y no obstante se las arregla para no ser un auténtico desastre a base de estar continuamente en movimiento y contar con el activo de unos actores que intentan sacar el máximo provecho de sus personajes.
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