Siguiendo los pasos de la primera Sin City, esta segunda historia basada en los cómics de Frank Miller se antoja como otro espectáculo visual carente de contenido, de chicha, de peso. Un ejercicio fotográfico agradecido pero plano, y en ocasiones hasta fallido, queriendo trasladar lo imposible. Habiendo sido la primera bien recibida, a diferencia de la disparatada y delirante The Spirit, se han marcado otra entrega de más de lo mismo. Pues no es que tenga especiales ganas de verla, la verdad, y eso que el reparto es de postín, pero... No sé. Será que me hago viejo, y mira que soy de picar en los trucos y remakes más tontos, pero hay algo en este proyecto que huele a sobado y visto, que no me convence.
Los estrenos de la semana nos traen una película promocionada hasta el hastío: Ocho Apellidos Vascos. Da una pereza similar a la que parece evocar la propia película con sus chistes sobados y con su aspecto de gag de Vaya Semanita que se alarga demasiado. Por otro lado, llega por fin la cacareada Dallas Buyers Club, en la cual podremos ver si Matthew McConaughey se merece el Oscar a mejor actor. Bueno, aquellos a los que los galardones les importen, vaya.
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