No hemos visto muchas películas esta semana pasada, pero bendito sea ver pocas películas si todas son como El Lobo de Wall Street. 3 horas del mejor Scorsese, con DiCaprio llenando la pantalla con su interpretación y una sucesión de excesos tan acojonante que al cuarto de hora de película te parece lo más normal del mundo. En videojuegos hemos matado el tiempo con Puzzle Quest 2, que viene a ser la mejor depuración de la fórmula de juegos de puzles y con The Banner Saga, un RPG occidental con gráficos resultones y animaciones a mano que nos trae a ambientaciones fantásticas pseudovikingas la cuadrícula, las decisiones y las relaciones entre personajes que hemos podido disfrutar en sagas como Fire Emblem. Y la televisión ha sido también amable con nosotros esta semana. Los ingleses de la BBC nos han sorprendido con The Musketeers, sobre you know, los mosqueteros. El vestuario, unos exteriores que no son de cartón piedra, unas escenas de acción decentemente rodadas y el hecho de que por una vez lleven y disparen armas de fuego (incluido, claro, los siempre olvidados mosquetes) nos han hecho pasar por alto el leve tufillo a producto televisivo que emana y que el protagonista no acabe de encajar muy bien en el clásico perfil de D'Artagnan. Y Starz ha estrenado Black Sails, una serie de piratas, con un capitán bastante carismático a la búsqueda de un gran tesoro y toda una serie de personajes secundarios (incluido un joven John Silver) con su propia agenda. Promete acción con sabor a salitre y traiciones y planes dentro de planes. A ver qué tal se desarrolla.
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