miércoles, 16 de octubre de 2013

Radiografía: Hablando de Dibujantes

Cada semana hablamos, en nuestro podcast Entre Cómics, de los tebeos que han salido en los últimos 7 días. Como nos gusta lo que nos gusta y somos como somos, hablamos mucho de superhéroes. Y también hablamos mucho de dibujantes. En ocasiones, tanto en el podcast como en las reviews estándar que publicamos de vez en cuando, dejamos caer términos, conceptos y adjetivos calificativos. De tal o cual autor decimos que es completo, versátil, feísta o que domina la composición de página, la narrativa o la splash page. Somos conscientes de que no todo el mundo tiene por qué conocer estos conceptos, ni catalogar a los artistas como lo hacemos nosotros. Y a veces también ocurre que un dibujante gusta (o disgusta) pero no se sabe expresar las razones de ello. Por eso vamos a detallar a continuación algunos términos y algunas de las características que puede tener un dibujante de cómic a través de figuras representativas del cómic maintream actual.


Versatilidad - Stuart Immonen
Probablemente es la palabra más asociada a este dibujante canadiense, hoy en día estrella induscutible de la industria y no en pocas ocasiones nombrado como el mejor dibujante... Y punto. La versatilidad de un dibujante viene marcada, por decirlo de manera sencilla, por dos cualidades: su capacidad para plasmar tanto escenas de acción como escenas de conversación y ambiente o contexto y su capacidad de variar de estilo. Esto último lo entendemos muy fácil si el ejemplo lo ponemos con un pintor famoso. Aunque Picasso es referente ineludible del cubismo, no es menos cierto que a lo largo de su vida artística tocó prácticamente todos los estilos. Realismo clásico, surrealismo, expresionismo... Cuando se habla de la versatilidad de Immonen, sobre todo hablamos de esto último. De su capacidad para acoplarse y sacar el mejor partido a estilos tan diferentes como los empleados en Superman: Identidad Secreta o Nextwave.

Sin ánimo de aspirar al realismo, Immonen compone un mundo veraz y creíble con los rasgos principales de la realidad.

Exageración y estilo más cartoon para una historia más alocada. Porque puede hacerlo.

No obstante, al hablar de versatilidad de manera general, nos referimos normalmente a la capacidad de adaptarse a cualquier escena y resultar un narrador visual competente. En definitiva, no hace falta ser un dibujante excepcional para ser versátil, pero no hay ningún dibujante excepcional que no lo sea. Autores de no demasiado renombre como Sean Chen pueden perfectamente dar la talla en cualquier situación, aunque su calidad general nunca llegue a ser sobresaliente.

Todos los dibujantes han de ser versátiles (y no todos lo son, eso también es cierto), pero eso no dice demasiado de su calidad general.

La narrativa superior, la composición más acertada  y la mayor calidad del dibujo en general hacen de Immonen un autor mejor.

Si ampliamos las imágenes de ambos autores, veremos que Immonen es claramente superior, pero eso no quita para que ambos puedan plasmar situaciones diferentes con corrección. Es decir, la diferencia entre ambos autores no es una cuestión de capacidad de adaptación a lo que el guión les exige sino simple y llanamente de calidad general.

Narrativa y composición de página - Marcos Martín, David Aja
Vaya por delante que soy completamente consciente de que son dos cosas distintas. La narrativa tiene que ver más con el ritmo general, con la elección de encuadres y la sencillez de lectura, mientras que  la composición de página es precisamente eso, la distribución de los espacios de la página en viñetas. Sin embargo, no pocas veces un autor que domina la narración recurre a audaces composiciones de página y a la inversa.

Narrativa: Cuando las viñetas marcan el tempo y el orden de lectura de la página es fluido e inequívoco.

¿Podéis sentir el ritmo, la velocidad, la energía de estas páginas de David Aja en Hawkeye? ¿Cómo la página casi te marca a qué velocidad debes leer las viñetas? ¿Cómo cada viñeta te indica dónde debes seguir leyendo? Eso es la narrativa. 

Y veamos ahora a Marcos Martín. La composición en ambos autores difiere. Consiguen efectos parecidos con métodos distintos. Martín apuesta en las siguientes páginas por establecer la escena en en un único marco general, para lo que utiliza todo el espacio de las páginas. Después guía al lector a través de ese gran dibujo mezclando narrativa y composición. Es un recurso que sabe utilizar muy bien, que resulta muy espectacular y que no muchos manejan con su soltura...

La página como micro y como macroestructura en el cómic. Anda que no hay que ser bueno ni nada para hacerlo ver tan fácil.

Splash Page
No os dejéis asustar por el nombre. Una splash page es simplemente una página que recoge una única viñeta. Es decir, toda la página contiene un único dibujo, un único momento. Se suele utilizar muchísimo para conseguir un efecto dramático: Entrada en escena de un personaje importante, revelación de un villano, un momento impactante que requiere de más espacio o cuando hay tantos personajes en la viñeta que de otra manera no se distinguiría nada. La splash page tiene también un hermano mayor relativamente habitual: la doble splash page, en la que las dos páginas reflejan una única ilustración. Incluso ha habido, por motivos diversos, splash pages de más páginas. De entre todas ellas, la más conocida y famosa es, probablemente, la que un Bryan Hitch en su cénit dibujó para el último número del segundo volumen the The Ultimates de Mark Millar. Ocho páginas con una única ilustración en un desplegable es-pec-ta-cu-lar. Disfrutadla, aunque no creo que nadie tenga suficiente monitor para ver la imagen a tamaño completo...

El mejor Bryan Hitch es capaz de ofrecernos un más difícil todavía de espectacularidad y amor por el detalle. Una gozada al alcance de muy pocos dibujantes.

Widescreen - Bryan Hitch, Steve McNiven
El término "Widescreen comics" lo acuñó a finales del siglo XX el guionista Warren Ellis para referirse al estilo que emplearon él y el dibujante Bryan Hitch en el primer volumen de The Authority. Significa, literalmente, "cómic panorámico". Es tan sencillo de explicar como esto: El tebeo se imbuye de un enfoque cinematográfico, tratando de resultar tan espectacular e inmersivo como sea posible y para ello apuesta por unas viñetas horizontales que aprovechen todo el ancho de la página, como si se tratara de una pantalla de cine. Ya que hablamos de viñetas, principalmente estamos hablando de composición de página, aunque debería haber quedado claro que en realidad su relación con la narativa es tan fuerte que a veces utilizamos indistintamente (voluntaria y conscientemente) ambos términos. Curiosamente, hoy día es casi redundante hablar de un cómic widescreen, puesto que se ha acabado imponiendo, de facto, como la manera más habitual de componer las páginas en los cómics de superhéroes. Espectacular y cinematográfico, era cuestión de tiempo que acabase imponiéndose.

John Cassaday dando ejemplo en Astonishing X-Men.

Como digo, con el tiempo la mayoría de autores se han adherido a este modo de distribuir los espacios de la página, aunque no son demasiados los que lo han llevado a la práctica con clamoroso éxito. John Cassaday, de quién podemos ver un ejemplo en la imagen de arriba, es uno de los que mejor han aplicado esta composición de página. Como no puede ser de otro modo, Bryan Hitch sigue la línea que él mismo inició. Steve McNiven y Frank Quitely son otros dibujantes fuera de serie que recurren al widescreen con asiduidad y con excelentes resultados. Aunque, en honor a la verdad, hay que decir que Hitch hace años que está en declive (demostrando una vez más que dominar un estilo o un aspecto del todo que supone dibujar un tebeo no garantiza su calidad). En el caso de Quitely, justo es señalar que es demasido bueno para dejarse atar por formatos. Dibuja siempre sirviendo a la historia. Y si tiene que llenarlo todo de viñetas diminutas, pues lo hace. Por eso, a día de hoy, McNiven (pese a su evolución hacia composiciones de página más variadas) es el principal exponente de este estilo. En cualquier caso, los tres ejemplifican "lo widescreen" como pocos.

Hitch sentó las bases, Quitely lo depuró y McNiven lo ha llevado hasta sus últimas consecuencias.


Trazo limpio - Sara Pichelli
El trazo limpio viene definido por un estilo de dibujo donde predominan las figuras sin excesivo detalle al lápiz, pero que en vez de empeorar el dibujo haciéndolo parecer simple, lo realza, pues fija la atención del lector en lo importante, ya sea un rostro, un fondo, una acción... No siempre es fácil descubrir a un autor de trazo limpio. Muchas veces el entintador o el colorista pueden alterar por completo el aspecto del lápiz. Pero unos buenos entintadores y coloristas deberían reforzar el trazo el primero y dar volumen al dibujo el segundo, sin tratar de "tapar" el lápiz con sombreados, texturas, etc. Sara Pichelli es una de las dibujantes de nueva hornada en Marvel que más se ha destacado por tener este estilo.

Rostros definidos en pocas líneas pero expresivos, uso indistinto de fondos elaborados o difuminados y una composición y narrativa funcional.

Identidad o estilo propio - Yu, Quitely, Alan Davis...
Todos los dibujantes tienen su propio trazo. Y por extensión podemos decir que todos tienen su propia identidad. Sin embargo, eso puede decirse de prácticamente todo. En el mundo de los dibujantes un artista con estilo propio tendrá una serie de características comunes a todos sus trabajos. Puede ser por su composición de página, por su manera de dibujar rostros, por su atención al detalle, por la energía de sus viñetas, por... No hay una razón concreta. Son autores cuyo trabajo puede reconocerse con facilidad apenas ves una página suya. Porque todos sus trabajos gritan su nombre al ojo medianamente entrenado.

El filipino Leinil Francis Yu, por ejemplo, tiene un estilo en el que todo el mundo parece enfadado todo el tiempo. Sus rostros tienen ojos prominentes en los planos cortos, pero a menudo están en blanco o directamente oscurecidos en otras muchas escenas, lo que da un cierto toque inquietante a sus personajes. Otro rasgo es que le encanta introducir viñetas troqueladas. Su trazo es grueso, a veces parece "sucio" a simple vista, con un lápiz muy completo gracias a que tiene tendencia a dibujar también las zonas sombreadas, tarea que, técnicamente, le correspondería al entintador; se caracteriza también por dotar a los personajes de proporciones corporales un poco exageradas. Por todo ello, (entre otras cosas) sus páginas saltan a la vista. Otras señas de identidad son su capacidad para componer escenas con multitud de personajes y (aunque esto el lector no puede apreciarlo en su trabajo) que es un dibujante rápido, capaz de cumplir mes a mes con una colección. Sin retrasos. E incluso ha demostrado ser capaz de acabar un cómic en menos de un mes sin que su calidad general se resienta visiblemente.

Silueteados, caras enfadadas, un don para las escenas de multitudes y un dibujo muy acabado.

Frank Quitely es reconocido mundialmente por dos cosas: su increíble talento como dibujante y por dibujar las caras más feas de entre los dibujantes mejor considerados. Otros rasgos de su estilo son los rostros anchos, las espaldas amplias, la textura que logra imprimir a la ropa o la sensación de poder y energía que rebosan sus páginas de acción. Especialmente curioso me ha parecido siempre cómo estas viñetas parecen tener objetos casi congelados en el tiempo, ya sea personajes, sangre, gravilla, ropa o cualquier otro elemento mundano que hablan de la potencia de los impactos, de ese momento tras el golpe en el que todo parece detenerse.

Narración impecable, caras feas y acción centrada en los momentos de los impactos. Quitely en estado puro.

Alan Davis ha destacado toda su carrera artística por su dominio de la anatomía. Sus personajes son siempre estilizados, con rostros que oscilan entre las mandíbulas cuadradas de algunos personajes y las cabezas alargadas de otros. Su plasmación de las figuras siempre sugiere movimiento y acción. Sus rostros, sin afán de realismo, siempre son detallados y expresivos. Y por supuesto, cuando hay que ser grandioso conjunta perfectamente su gusto por el detalle con su toque estilizado y espectacular.

Anatomía estilizada, rostros y gestos naturales y capacidad para el detalle y la épica. Esto es Alan Davis.

¿Dónde acaba el estilo propio y comienza el mal dibujo?
Esta es una de las preguntas más difíciles de responder. Casi todos los autores grandes tienen sus claves visuales. Los personajes de Romita Jr. tienden a lo cuadrado, los de Quitely a ser feos con avaricia, los de Marcos Martín a ser estirados y de cabezas ligeramente desproporcionadas, los de Coipel a ser fornidos, los de Yu a tener cara de mala leche... Esas características son propias de cada autor y rara vez escapan de ellas. No obstante, cuando empiezan a llamar la atención sobre sí mismas es cuando comienzan los problemas. Cuando distraen la lectura, cuando generan confusión, cuando los pequeños tics de estilo se llevan hasta la exageración. Veamos, por ejemplo, el caso de Romita Jr. Nadie va a negarle a estas alturas su dinamismo. Lo energético de sus viñetas y páginas. Hay pocos autores que reflejen el choque de fuerzas y energías como el hijo del Romita original. Pero fijémonos en lo que ocurre cuando aun manteniendo sus signos de identidad, su "cuadradismo", su energía y su dinamismo, poco a poco, te abandonas.

A continuación unas páginas del Romita Jr. antiguo. Podemos verlo dando el callo en Daredevil. Mirad el movimiento que consigue imprimir a la página con el efecto de la lluvia. La postura de Matt Murdoch, su cuerpo y su cara, muy hacia lo cuadrado. Pero muy, muy comedido. La segunda imagen es prácticamente un pin-up de Peter Parker cambiándose. Mirad los pies. Cuadrados. Mirad la mandíbula, cuadrada. Pero la postura sugiere movimiento, los pliegues de la ropa sugieren movimento, la expresión del rostro expresa determinación. Este es un Peter Parker, un Spider-Man, de mucho cuidado. La tercera imagen es un Romita mucho más reciente, de hará unos 8 años. Y ya empieza a verse la cuesta abajo. Mantiene su característico "cuadradismo", pero los rostros son un poco demasiado cuadrados. Las proporciones corporales empiezan a distraer, las piernas de Elektra son excesivamente largas. Y aunque la hierba, el viento y el pelo de Elektra siguen transmitiendo ese dinamismo Romita Jr., el lector habitual empieza a intuir que algo está fallando.

Dinamismo y "lo cuadrado" como señas de identidad. Y una tercera imagen que ya empieza a chirriar un poco.

Veamos ahora algunas páginas más recientes del autor, donde, sinceramente, no creo que haga falta decir mucho para ver que el estilo está desbocado hasta el punto de que las proporciones de Iron Man, el detalle (o falta de los mismos) puesto en la armadura, las expresiones faciales de los personajes del fondo... Todo es como muy descuidado. En la segunda página podemos ver que todos los personajes de la tercera viñeta tienen la misma postura y expresión. Los uniformes apenas tienen más que los detalles más rudimentarios para poder reconocerlos. La tercera página es una doble splash page y... En fin. Casi es mejor no decir nada.

Desproporciones, rostros sin expresión, posturas poco trabajadas, figuras al límite de lo grotesco... Este no es el Romita Jr. que nos gustaba.

Cuando uno ve páginas de este calidad de la mano de uno de los grandes de la industria, un dibujante querido y alabado que lleva en activo más de treinta años, no queda más que rendirse a la evidencia. El autor sigue siendo un narrador decente y es capaz de imprimir fuerza, dinamismo y energía, pero el dibujo se ha deteriorado tanto que las virtudes no son suficientes para paliar los defectos. Por eso, por mucho que os guste un dibujante, no seáis complacientes con él. Y aunque hayamos derribado a Romita Jr. del pedestal, no olvidamos que existen autores como Bryan Hitch cuya repetición descarada de diseños, encuadres y posturas de personajes lo hace cada vez más cansino. O que Cassaday tiende ser un autor de grandísimos altibajos en la calidad. O que McNiven pierde bastante cuando no lo colorean como Dios manda o cuando intenta composiciones de página con las que no está cómodo. O que... Todos los dibujantes tienen algunos trabajos mejores y otros peores. Como conclusión, no se me ocurre nada mejor que dar un sencillo consejo: Nunca os fijéis demasiado en el nombre, fijáos en el dibujo. No disculpéis a algunos lo que condenáis en otros. Sed ecuánimes. Y sobre todo, disfrutad leyendo cómics.

4 comentarios:

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  2. Buen artículo, muy de acuerdo en su mayor parte, respecto de Quitely, su dibujo me resulta feo, me quedo con Aman David pero por mucha distancia.

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    1. Alan Davis quería escribir, odio el corrector ortográfico :(

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    2. No eres el único al que Quitely le resulta feo. Probablemente porque lo es. XD Pero lo es a su particular manera. Personalmente te veo tantas virtudes que dejé de preocuparme por lo "feo" que dibuja hace muchos años. Pero sí, es fácil de entender que mucha gente no lo trague.

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