Cada vez que estoy haciendo algo que no requiera de mi sentido del oído,
tengo música puesta. Sin orden ni concierto, esas canciones se mezclan
con la actividad que lleve a cabo, formando un extraño todo, llenando el
momento presente hasta el instante futuro. Esta es la música de mi sala
de espera.
Anamanaguchi - Endless Fantasy (2013)
La sala de espera se pixela según empieza a sonar Anamanaguchi. Ecos de una infacia curtida en salón recreativo, una juventud pasada delante de una pantalla. Todo infiltrado y basado en un pop cómodo y sencillo. Agradable y familiar. Porque antes las cosas buenas no tenían que ser complicadas para molar.
Daft Punk - Random Access Memories (2013)
El sol de California asoma por la sala de espera, no importa que el Nota no esté de humor para los putos Eagles, o que Peg de Steely Dan no suene en la radio. Los setenta se acaban, poco a poco, te guste o no. Tal vez toda una lección de historia, tal vez el disco de ese momento y ese lugar. Yo qué sé, al menos me siento como un héroe.
Lana del Rey - The Great Gatsby OST (2013)
Pero todo viaje en el tiempo es ilusión, humo y espejos. Los años pasan y dejamos de ser bellos. Pero no importa, porque tenemos un alma eléctrica y brillamos como diamantes. En la sala de espera hay sitio para la melancolía, pero solo un rato. Al fin y al cabo, enfrente brilla una luz verde.
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