El joven Da Vinci (ahora también espadachín) vive para la ciencia y la pintura en la Florencia de los Médici. Hasta que el Vaticano ansía controlar la ciudad para hacerse con un conocimiento oculto. Casualidades o no, a Da Vinci le habla de lo que persigue el Vaticano una figura misteriosa. Y de repente la serie va de conspiraciones chungas, Médicis entre la espada y la pared, putas que espían para el Papa y el artista reconvertido en ingeniero de guerra. Si suena a batiburrillo es porque esa es la sensación que deja el primer capítulo. Habrá que ver hacia donde evoluciona. Por el momento mantiene ciertas señas de identidad de la cadena Starz como desnudos innecesarios, todo el croma del mundo y bastantes situaciones over the top.
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