El
inicio de la colaboración del refinado, culto y caníbal doctor Lecter
con el FBI es lo que plantea Hannibal. Que se queden la serie toda para
ellos. Al margen de que Lecter aparece tardísimo, la ausencia de Anthony
Hopkins no hace más que evidenciar cuánto del éxito audivisual se debe
al Sir británico. Pero además el ritmo de la narración es irregular, los
personajes no logran conectar con el espectador y la trama es del todo convencional. El
piloto te hace pensar que lo más interesante del personaje de Lecter ya
lo has visto en las entregas cinematográficas y que no hay nada
interesante en este preludio. Salvo vuelco total en episodios próximos,
Hannibal no es el tipo de serie en la que quieres desaprovechar el tiempo.
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