lunes, 8 de abril de 2013

G.I. Moviezord

La segunda parte de G.I. Joe cambia la ciencia ficción disparatada y las bases secretas del futuro por militronchos, superexplosiones y... sí, todavía unas cuantas ideas de ciencia ficción disparatada. La diferencia esta vez estriba en que The Rock hace lo que puede para mantener la peli a flote hasta que llega Bruce Willis a rescatarla. No nos engañemos, como película es mala con avaricia, pero hay un desparpajo en cómo afronta cada escena de acción over the top que hace que al menos te diviertas por el camino.


G.I. Joe La Venganza es material cinematográfico infame. La trama es de risa, los diálogos del todo a 100 y la shake-cam da ganas de matar. Pero al mismo tiempo no se toma a sí misma en serio, no engaña al espectador con expectativas nunca satisfechas y todo aquello que no es disparado o cortado katana en mano acaba explotando. Así que pese a su infamia, alguna que otra virtud sí que tiene y por ello se gana el apelativo de moviezord.

Entre esas virtudes destaca el plantel de actores. Y no, no me refiero a Secundario Desconocido, ni a Cachonda de Turno ni a Chinita Ninja. Esos están para rellenar la peli. Pero qué me decís de The Rock repartiendo estopa con amor, de Jonathan Pryce disfrutando de su papel de villano como un cerdo en una charca y de Bruce Fucking Willis haciendo de... bueno, de sí mismo, qué cojones. Si no para qué coño lo vas a meter en la película.

El gobernador Swann, Mirrormask y Tito Pulo se lo pasan pipa en esta peli. Todo son risas y hostias. Normal que prefieran ser los villanos.

Luego, claro, está la parte mala. Que desgraciadamente es casi todo lo demás. Que uno se moleste en tener a especialistas de la talla de Ray Park para hacer de Snake Eyes y que luego agites la cámara como una coctelera a su alrededor no ayuda a disfrutar del Kung Fuck.

Tampoco ayuda en las escenas de tiroteos o explosiones, aunque aquí se tolera un poco mejor porque una vez un tío empezó a mover la cámara como un enfermo terminal de Parkinson en una peli de Bourne y a la gente le pareció que ni tan mal. Y desde entonces nos hemos tenido que joder y acostumbrar, mal que nos pese a algunos.

Cada personaje lleva un arma acorde con su tamaño. Les costó dar con algo del tamaño de The Rock. Pero lo acabaron clavando.

Podría decir algo sobre la trama, pero... ¿De verdad le importa a alguien? Esto va de cuatro militares (no es una frase hecha, es que son cuatro) que frustran a una malvada organización que pretende hacerse con la dominación mundial tras suplantar a POTUS. Y por el camino toda clase de ridiculeces como luchas ninja de ida y vuelta en acantilados, infiltración sin undercover en fiesta de alto copete para descubrir al falso presidente de los USA y un Bruce Fucking Willis que hace del General Joe que da nombre al cuerpo de élite al que se refiere el título de la peli. Que tiene, ¡obviamente!, la casa empapelada de armas. Dos frases, tres miradas y una media sonrisa después, el calvo ya te ha convencido para pasar por alto todo el material digno de facepalm de la película.  Entre medias, así, para animar el cotarro, toda una serie de lindezas: Unas hostias con Tito Pulo, unas risacas a costa de fRancia y Corea del Norte y tu inevitable escena de Cachonda de Turno luciendo culín y luego de traje de noche luciendo pechín. Vamos, una infamia de manual.

Cachonda de Turno tal vez os suene porque fue la frustrada Gonder Coman de David E. Kelley.

La película se encamina inexorablemente a la ensalada de tiros final, aliñada con katanazos ninja, destrucción aleatoria de una ciudad europea (digo aleatoria porque sorprendentemente los villanos no eligen joder primero a los fRancios, digooo franceses) y en un golpe de originalidad evaden la frase lapidaria del héroe al final. Porque salvar al mundo es una cosa muy seria, coño, no puedes andar con chistecitos todo el día.
 
¿Problemas con terroristas? Llama al mejor. Bruce Fucking Willis garantiza el exterminio de todo tipo de malosos.

Indicaciones: Para gente con tragaderas del tamaño del Arco del Triunfo y toda esa tropa para la que Transformers 3 no era tan mala, Battleship tenía un pase o la primera de G.I. Joe les pareció buena. Todo aquel que sabiendo lo que va a ver quiera apagar el cerebro casi dos horas y reirse de cada tontería y exceso que le planten delante. 

Contraindicaciones: Si quieres ver una película de verdad, abstente. Si la shake-cam te provoca mareos, abstente. Si que la película tenga un mínimo de coherencia y sentido es para ti fundamental, abstente. 

Interacciones: Transformers 3, videojuegos del tren de la bruja modelo Call of Duty, Ridge Racer (cambia las armas por coches, pero el sinsentido es el mismo). 

Efectos Secundarios: Crecerá tu aprecio por Bruce Willis, que hace mejor todo lo que toca. Te olvidarás de la mayor parte de la película en apenas 48 horas. De algunas escenas solo te quedará un recuerdo borroso por la maldita shake-cam. Hace a muchísimas películas automáticamente mejores por comparación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario