La nueva propuesta de David E. Kelley (Chicago Hope, La Ley de Harry, Boston Legal) conjuga el consabido drama médico de un hospital con las vidas profesionales y relaciones personales de los diferentes doctores. La novedad en el género viene marcada por las reuniones que el staff mantiene los lunes por la mañana, en las que el jefe de personal (Alfred Molina) se encarga de revisar y después aprobar o reprobar las acciones de sus doctores. El piloto sufre para presentar un reparto muy extenso (habitual en las series de Kelley) y aunque cumple ese objetivo, no acaba de quedar claro si hará énfasis en el aspecto del "tribunal médico" o en el del drama médico más convencional. De momento se gana el derecho a que sigamos viéndola aunque solo sea para ver al badass jefe de traumatología Ving Rhames, al severo Molina o al fuera de serie cirujano buenista Jamie Bamber. El piloto deja algunas dudas sobre el tono narrativo, pero su calidad es aceptable y presenta muchas facetas interesantes que Kelley (que también guioniza) puede ir puliendo.
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