miércoles, 27 de febrero de 2013

Argoderse

La última película dirigida y protagonizada por Ben Affleck estaba nominada al Óscar con justicia y finalmente se ha hecho con el galardón. Argo se basa en una historia real y presenta personajes casi esquemáticos, pero es mérito de la película que aun así se sientan muy vivos y cercanos. Su capacidad para mantener el drama y aliñarlo con abundantes toques de humor casi siempre corrosivo, convierte a Argo en una película sin estridencias, con un desarrollo paciente pero nunca pesado y unos intérpretes donde el carisma de los actores vende la historia.


Argo nos cuenta la historia de seis diplomáticos estadounidenses de la embajada de Irán que se refugian en casa del embajador canadiense durante la llamada "crisis de los rehenes" de 1.980. Un agente de la CIA (Ben Affleck) será el encargado de sacarlos del país mediante un plan a priori disparatado: hacerles pasar por cineastas canadienses en busca de localizaciones para una película de ciencia-ficción.

Argo es una película que se toma su tiempo para casi todo. Comienza en Irán con aire a falso documental, marcando el tono del conflicto y poniendo las apuestas iniciales bien altas. Pero necesariamente hay una parte importante de la película que se desarrolla en Estados Unidos mientras las diferentes agencias intentan dar con un plan de rescate válido y durante todo el proceso de su puesta en marcha. En estas escenas de los USA, el drama da paso a un thriller incisivo con abundantes toques de humor corrosivo. No es algo poco habitual. Es el enfoque "somos tan buenos que nos podemos permitir hacer chistes". En Argo funciona porque los actores lo venden con una facilidad pasmosa. John Goodman, Alan Arkin y Bryan Cranston son tres de los pilares secundarios de la película y su vis cómica y badass queda fuera de toda duda. "Joder, somos putos profesionales" transmiten entre puya y chiste cada vez que salen en pantalla. Y el espectador traga encantado de la vida.

Montar un plan disparatado y acuñar el término "Argoderse" es pan comido para estos dos Titanes de Hollywood.

Ese toque de humor es lo que salva la película. Todos tenemos la experiencia de esos films ambientados en alguna década pasada donde todo es dramático, importante y serio. Estoy pensando por ejemplo en El Topo. Al final todo es tan de género, tan opaco y tan gris oscuro que aunque la película sea buena a uno le cuesta llegar hasta el final sin preguntarse si no estaríamos todos más a gusto tomándonos un helado el alguna otra parte. Argo equilibra sus dos tonos con acierto, sin hacer de lo ligero un pegote sin sentido y sin hacer lo dramático un ladrillo de tremendismo. No sé cómo lo logra, pero lo consigue.

No voy a negar que hacia el final uno duda de si lo que le están contando sucedió así o quizá le estén echando un poco de cuento al asunto para aumentar la tensión. Lamentablemente no puedo decir más sin entrar en spoilers. En cualquier caso la solidez del conjunto es más que notable, nunca fuerza su verosimilitud y tampoco hurta partes relevantes del relato. Como decía, hay tiempo para todo lo importante y la película acaba cuando ya no hay nada que contar. Decide voluntariamente evitar el final emocional para alargarse unos minutos y terminar de contar la historia completa.

Solo ante el peligro. Idear y ejecutar el rescate y encima protagonizar y dirigir el film.

Indicaciones: Espectadores en busca de un buen thriller pausado, pero no lento. Quienes busquen un relato bien contado sin pirotecnia. Lazy fucks de la historia estadounidense.

Contraindicaciones: Los que se spoilean las pelis mirando en la wikipedia lo que pasó en realidad. Los que piensan que si es de espías la película necesita Gabardinas del Misterio o Smokings de Decir tu Nombre. Quien espere acción y explosiones.

Interacciones: Cualquier adaptación basada en acontecimientos reales. Películas de espías. Que te pases una hora leyendo sobre la crisis de los rehenes en Internet.

Efectos Secundarios: Seguir cogiéndole respeto a Ben Affleck. NECESITAR ver una película con más John Goodman.

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