SAO no dista mucho, a simple vista, de cualquier otro anime de trompos. Si te la cruzaras haciendo zapping es posible que no te llamara la atención. Hay un prota que está over y cuando reparte cera cruje todo lo que se le pone por delante. También hay una chica, en este caso del modelo literal “de armas tomar”. Y después hay toda una serie de secundarios recurrentes más bien cómicos y otros personajes simplemente episódicos.
SAO
sigue de cerca las andanzas de Kirito, un quinceañero con gran dominio de Sword Art Online, un juego de realidad virtual de corte fantástico y donde no existe la magia. El personaje es el típico prota de buen corazón, pero no desea mezclarse con la gente. Tiene demasiado
presente que pueden morir en cualquier momento. Así que se solea el
juego. Porque puede, claro.
Asuna es el personaje femenino más importante y acaba estableciéndose como la coprotagonista de SAO. Se trata de una jugadora experta y a diferencia de Kirito, está muy comprometida con la misión de pasarse el juego para que todos puedan volver al mundo real.
Asuna es el personaje femenino más importante y acaba estableciéndose como la coprotagonista de SAO. Se trata de una jugadora experta y a diferencia de Kirito, está muy comprometida con la misión de pasarse el juego para que todos puedan volver al mundo real.
No hay que ser un
genio para saber que tarde o temprano el carácter de ambos los hará
chocar.
Kirito y Asuna fundamentan toda las serie. Al final, todo se reduce a contar su historia. |
El
acierto de SAO está en coger una premisa interesante (10.000 jugadores
quedan atrapados en el mundo virtual de Aincrad hasta que superen los 100 pisos de mazmorras y la muerte en el juego supone la muerte en la
vida real) y saber tratarlo tanto desde la vertiente física como mental
de los personajes. Cómo viven, interactúan y luchan en ese mundo; pero también
cómo sienten y se sienten en ese mundo.
SAO es tremendamente eficaz trasladando sensaciones y
sentimientos. La ansiedad de estar atrapado, la impotencia de ver morir a
tus amigos, el subidón del combate, la soledad del que sufre o el miedo
del indefenso. SAO, una serie colorista de combates imposibles en un
mundo imaginario, golpea al espectador en más de una ocasión con
situaciones emocionalmente desequilibrantes y desenlaces que hacen
asomar las lágrimas incluso al más curtido.
La construcción del mundo y
los personajes es paulatina y fragmentada; pero para cuando te quieras
dar cuenta los conocerás muy bien y les habrás cogido un cariño que
te sorprenderá. SAO no necesita más de 20 minutos para hacerte sentir apego por un personaje.
La temporada consta de 25 capítulos y está dividida en dos partes bien diferenciadas. No voy a hablar del episodio 14 en adelante (para entonces ya serás un convencido de la serie), pero en su primera parte SAO hace pocas concesiones. Es una montaña rusa de acción y alegrías tanto como de introspección y remordimientos.
A vender esta premisa ayuda una animación muy cuidada, pero ni mucho menos es algo que no hayamos visto otras veces. El diseño de personajes cumple con creces, pero tampoco es algo fuera de serie. En cambio, la banda sonora sí resulta más destacable. Es apropiadamente épica para los momentos de batalla (el tema principal llamado simplemente Mainstream Song es de quitarse el sombrero) y sutilmente conmovedora cuando hay que remover los fueros internos. Personalmente he quedado también muy impresionado con los temas de los openings y los endings, todos ellos muy evocadores.
La temporada consta de 25 capítulos y está dividida en dos partes bien diferenciadas. No voy a hablar del episodio 14 en adelante (para entonces ya serás un convencido de la serie), pero en su primera parte SAO hace pocas concesiones. Es una montaña rusa de acción y alegrías tanto como de introspección y remordimientos.
Los trompos son espectaculares, pero lo que te romperá por dentro serán los momentos emocionales. The feels, que dicen algunos. Y hay unos cuantos... |
A vender esta premisa ayuda una animación muy cuidada, pero ni mucho menos es algo que no hayamos visto otras veces. El diseño de personajes cumple con creces, pero tampoco es algo fuera de serie. En cambio, la banda sonora sí resulta más destacable. Es apropiadamente épica para los momentos de batalla (el tema principal llamado simplemente Mainstream Song es de quitarse el sombrero) y sutilmente conmovedora cuando hay que remover los fueros internos. Personalmente he quedado también muy impresionado con los temas de los openings y los endings, todos ellos muy evocadores.
Formalmente, SAO se adapta de manera formidable a la narración episódica. Cada capítulo cuenta una andanza nueva y distinta del protagonista a la vez que nos van enseñando los entresijos del cautivador mundo virtual en el que viven y se fortalecen las relaciones entre los personajes. Existen miniarcos de dos o tres capítulos, pero incluso en estos casos, cada capítulo tiene su inicio, nudo y desenlace. La serie va desgrando capítulo a capítulo situaciones habituales en un MMO como las quests secundarias, los clanes, el crafteo o el PK.
Quisiera deciros algo más de la trama. O de los personajes. Pero es mejor que no lo haga. Solamente añadiré que el consenso general dice que el golpe de timón en la trama a la altura del capítulo 14 no está a la altura de la primera parte. Yo estoy de acuerdo, pero no creo que empañe la serie en absoluto. Pierde el factor sorpresa y el factor novedad, pero gana en intensidad dramática al subir las apuestas. La historia, simplemente, pasa a ser otra.
Como veis hay muchas cosas por descubrir en SAO. Pero prefiero que las descubráis por vosotros mismos.
El mundo de Aincrad donde suceden las aventuras es tan bello como peligroso. |
Indicaciones:
Jugadores de MMOs. Seguidores de héroes solitarios. Amantes de los
personajes que lo petan muy fuerte y al mismo tiempo sufren. Quien
quiera ver un jodido buen anime.
Contraindicaciones:
Si solo buscas trompos, busca en otra parte. Si no te gusta que un
anime te humedezca los ojos, aléjate. Si odias los MMOs... piénsatelo.
Por si acaso.
Interacciones: Anime llama a anime. Películas de aventuras estilo El Zorro o Los Tres Mosqueteros. Música épica.
Efectos secundarios: Genera dependencia. Empezarás a desear un futuro ¡cercano! en el que la tecnología de realidad virtual sea una realidad.
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