Sin Frenos es una de esas películas que nunca recomendarás fervientemente
pero a la que tampoco harás ascos si alguien te propone volver a verla.
Se trata de 90 minutos de acción persecutoria sobria y sentido común cinematográfico, cuando podría haber sido una fiesta de tonterías y excesos. Y solo por eso ya
merece un respeto.
Sin Frenos sigue las andanzas de Wilee, un joven inteligente y muy vivo que resulta ser el mejor mensajero en
bicicleta de New York. Un trabajo que nos es presentado desde el
principio como peligroso además de necesariamente cansado. La jungla de
asfalto es feroz y cuando vas a pecho descubierto, tu velocidad,
previsión e instinto serán las armas que te permitirán salir indemne.
Por lo demás, la trama es de lo más típica. Nuestro prota debe hacer llegar un sobre que querrá ser interceptado por el antagonista de la función. Así de simple. Luego tenemos tres o cuatro secundarios para dar color y variedad a las situaciones. Y ya está.
El director, David Koepp (a quién solo conocía por sus trabajos como guionista en pelis como Spiderman-bien o Indy 4-mal) hace un ejercicio de contención admirable. Esta película no es Step Up sobre ruedas ni The Fast and The Furious en bicicleta. La película descansa más sobre los recursos narrativos que sobre las cabriolas filmadas con brío y grandilocuencia. Tiene sus momentos, pero la película no depende de los fuegos de artificio.
Para
darle gracia al cotarro, la narración intercala media docena de
flashbacks que sitúan a los personajes en sus papeles. Veremos por qué
el malo es el malo y necesita interceptar el envío. Conoceremos qué
contiene el dichoso sobre y de dónde viene. Y mientras tanto, la trama
se encarga de que los personajes coincidan una y otra vez en distintas
situaciones y lugares.
Joseph Gordon-Levitt interpreta al simpático y querible mensajero-petarlo cuya bicicleta no lleva frenos ni cambios porque... porque... bueno, la película da una explicación, pero en realidad no los lleva porque así lo peta más alto y más fuerte. Es como Lobezno sobre ruedas: el mejor en lo que hace. Y lo que hace es tener sentido arácnido (metafórico, of course) a la hora de valorar situaciones de tráfico para poder elegir siempre la ruta que no le deje machacado sobre la carretera. Estas decisiones a vida o porrazo de los gordos se nos explican con toda clase de ayudas visuales como flechas, slo-mos y bastante logrados accidentes con vehículos CGI.
Y si Gordon-Levitt da la talla (y este tío, guste o no guste, da la talla siempre), el que se lleva el premio al mejor personaje e interpretación es Michael Shannon, que se mete en la piel del malo de la función. Y se sale. Se trata de uno de esos malos de entrada amable y un poco corto, pero que está fatal de la cabeza. Conforme avance la película se irá poniendo cada vez más de los nervios, sus modales serán más rudos y sus caras de loco serán para enmarcar al lado de las del ínclito Nic Cage. Solo por verle rogar, chulear, bufar, quejarse, insultar y amenazar, la película ya tiene un pase.
Por lo demás, la trama es de lo más típica. Nuestro prota debe hacer llegar un sobre que querrá ser interceptado por el antagonista de la función. Así de simple. Luego tenemos tres o cuatro secundarios para dar color y variedad a las situaciones. Y ya está.
El director, David Koepp (a quién solo conocía por sus trabajos como guionista en pelis como Spiderman-bien o Indy 4-mal) hace un ejercicio de contención admirable. Esta película no es Step Up sobre ruedas ni The Fast and The Furious en bicicleta. La película descansa más sobre los recursos narrativos que sobre las cabriolas filmadas con brío y grandilocuencia. Tiene sus momentos, pero la película no depende de los fuegos de artificio.
Puedes esperar acción bien rodada, pero nada over the top. Aquí está todo muy bien medido. |
La
película se sostiene y merece un respeto por un lado por el sobrio
hacer del director y por otro por el trabajo de los actores principales.
Joseph Gordon-Levitt interpreta al simpático y querible mensajero-petarlo cuya bicicleta no lleva frenos ni cambios porque... porque... bueno, la película da una explicación, pero en realidad no los lleva porque así lo peta más alto y más fuerte. Es como Lobezno sobre ruedas: el mejor en lo que hace. Y lo que hace es tener sentido arácnido (metafórico, of course) a la hora de valorar situaciones de tráfico para poder elegir siempre la ruta que no le deje machacado sobre la carretera. Estas decisiones a vida o porrazo de los gordos se nos explican con toda clase de ayudas visuales como flechas, slo-mos y bastante logrados accidentes con vehículos CGI.
Y si Gordon-Levitt da la talla (y este tío, guste o no guste, da la talla siempre), el que se lleva el premio al mejor personaje e interpretación es Michael Shannon, que se mete en la piel del malo de la función. Y se sale. Se trata de uno de esos malos de entrada amable y un poco corto, pero que está fatal de la cabeza. Conforme avance la película se irá poniendo cada vez más de los nervios, sus modales serán más rudos y sus caras de loco serán para enmarcar al lado de las del ínclito Nic Cage. Solo por verle rogar, chulear, bufar, quejarse, insultar y amenazar, la película ya tiene un pase.
Shannon hace creíble un personaje a ratos vulnerable, a menudo violento y siempre irascible. |
Luego tenemos el andamieje necesario para sostener la película. Tiene su chica de rigor, su
colega-rival de rigor, su “trabajo en equipo” o ayuda solidaria de
rigor... temas todos ellos menores y que simplemente sirven para encajar
las piezas de una trama sencilla que requiere de algunos tópicos para dar cuerpo y algo de sentido a la hora y media de celuloide.
Sin Frenos ofrece un entretenimiento de calidad con la duración justa. No
recurre a los efectones especiales para hacer disfrutar (aunque cuenta con recursos visuales muy resultones como las rutas GPS de los móviles representadas sobre un modelo 3D de la ciudad) y está realmente
bien rodada, aunque posiblemente no te des cuenta mientras la estás
viendo. Los actores, especialmente Shannon, hacen bien su trabajo y el
film no carece de su par de escenas espectaculares.
Saborea la imagen. No los vas a ver así de juntitos muy a menudo durante la película. |
Indicaciones:
Amantes de las acrobacias sobre ruedas. Buscadores de entretenimiento
bueno sin más pretensiones. Fans de las persecuciones. Fans de Michael
Shannon. Y de Gordon-Levitt, claro.
Contraindicaciones: Yonquis de la shakecam y las persecuciones con más fachada que fundamento. Necesitados de golpes de efecto o espectáculo cada 5 minutos. Odiadores de Michael Shannon. Y de Gordon-Levitt, claro.
Interacciones: Dudarás sobre si Pacific Blue era una serie tan mala. Aunque te saco de dudas: lo era. Also, ¿por qué no una partidita a Paper Boy?
Efectos secundarios: Puede provocar ganas de ver a Shannon como Zod ¡YA! Te quedarás con la duda de si Gordon-Levitt no es un poco taponcete.
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