“Otra
colección más que no pasa de los diez números”, pensé. Ahora
que ya he leído media docena, me aterra que se cumpla la predicción.
Esta colección es tan buena que te olvidarás de Jeremy Renner y
volverás a pensar que como el Ojo de Halcón del cómic no hay
ninguno. ¿Exagero? Examinemos al paciente.
Dejemos
las cosas claras desde el principio. Esta colección mola un puñao.
Mola porque es divertida y sorprendente (mérito suficiente para
recomendarla). Pero además mola porque está ágil, hábil y
estilosamente guionizada por Matt Fraction. Y mola porque está
estupendamente dibujada y cojonudamente narrada por ese monstruo
llamado David Aja.
Sí, sí, Renner mola. Pero el Hawkeye de Fraction y Aja LO PETA. |
Dicho
esto: Definir
Hawkeye como colección es sencillo: Es un cómic sobre Clint Barton.
Y es un comic sobre Hawkeye cuando no es Vengador. Aunque
en su desarrollo difiere, la propuesta inicial es muy similar a lo
que Brubaker y el propio Fraction hicieron con Puño de Hierro. Coger
un personaje y despojarlo de ridiculeces manteniendo sus señas de
identidad.
El
guionista ha humanizado a Clint Barton mediante el humor y lo ha
encaminado a la acción callejera y la bizarría argumental. Barton
comparte protagonismo con la Joven Vengadora Kate Bishop, quien es contrapunto, réplica y partenaire a partes iguales.
La relación entre ambos personajes bascula entre maestro-alumna y compañera de aventuras. Esto genera dinámicas de enfrentamiento y cooperación muy satisfactorias. O sea, que se llevan la contraria a menudo, se llaman de todo y se reprochan todo el rato; pero a la hora de la verdad son una pareja muy bien engrasada.
Las parejas siempre funcionan bien en cualquier narración y esta funciona de fábula porque está guionizada con ingenio, humor y tensión sexual y generacional. Kate ve en Clint a un buen hombre demasiado impulsivo y con muchas malas ideas. Clint ve en Kate el potencial de una juventud y destrezas que no deja de admirar. Para más inri, aunque Clint tiene mucha más experiencia vital, ella es más madura que él. Las historias funcionan, en definitiva, porque aunque las tramas puedan ser a veces irrelevantes o los villanos ridículos, los personajes principales son creíbles y se dejan querer al instante.
Fraction ha contado, como en Puño de Hierro, con la inestimable ayuda del dibujante David Aja en esta ingente tarea de cotidianizar y humanizar a Clint Barton. Aja, además de ser el genio de la narrativa que todos amamos gracias a sus imaginativas (y sobre todo eficaces) composiciones de página, tiene una característica fundamental para el éxito de la colección: Es capaz de destilar visualmente la esencia de los personajes.
A la izquierda, un superhéroe con arco y flechas. A la derecha, el mejor arquero del mundo. |
Su
versión de Clint Barton no tiene fisuras. Su dibujo nos descubre a
un hombre valiente y arrogante, pero también inseguro; su uniforme
nuevo grita “Haywkeye” por los cuatro costados, pero no tiene ni
un elemento superfluo ni decorativo. Y cuando se requiere acción o
se necesitan momentos más íntimos... Aja domina la composición y
narrativa tan bien que puede dibujar como le plazca: ¿Splash pages?
Claro que sí. ¿Aparentes byrneces? ¡Por supuesto! ¿Metalenguaje?
Dalo. Por. Hecho.
Aja se adapta igual a un glorioso roto como a un espectacular descosido. |
Hawkeye
apela al aventurero que hay en el lector. Apela al lector que sabe
que es tan importante lo que se cuenta como el modo en el que se
cuenta. Sus diálogos son según la situación ingenuos como un niño
o afilados como cuchillos; sus personajes son terrenales pero
alocados; sus tramas pedestres pero fantásticas. Aquí nadie salva
el universo. Ni falta que hace.
Hacedme
caso: un cómic que te convence de la utilidad de las flechas
boomerang es por fuerza un cómic especial.
En manos de un experto, una flecha boomerang puede ser letal. |
Indicaciones:
Para los que gusten de los superhéroes aventureros y perdedores.
Para los que se pirran por una buena dinámica de pareja protagonista. Para los que disfruten con los recursos narrativos que el cómic pone
a disposición de los autores. Para quienes quieran pasarlo bien sin
tomárselo demasiado en serio.
Contraindicaciones:
No apto para los que necesiten que las historias “cuenten” a una
escala de universo compartido. No recomendada para quien espere la
misma trama de siempre con la obligatoria ensalada de hostias al
final. Ni te acerques con un palo si solo te van superhéroes
superpoderosos que revientan realidades a puñetazos o mueven
planetas con sus propias manos.
Interacciones:
Puede generar un impulso irresistible de leer Puño de Hierro de
Fraction, Brubaker y Aja. Desearás que cojan tu personaje
trasnochado favorito y le hagan una puesta a punto.
Efectos
secundarios:
Puedes llegar a creer que ser arquero mola. Empezarás a decir
“bro” continuamente (sí, para entender esto tendrás que
leerlo). El morado dejará de parecerte un color a evitar
rigurosamente.
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